Espirales de muerte.
"La devastación forestal está transformando el planeta en un desierto, aumentando la proporción de anhídrido carbónico en la atmósfera…”
Aquí,
sumida en mi dolor,
escribo
la crónica de muertes merecidas,
cuando aún despeña el cielo,
en el crepúsculo,
esa leyenda urgente y obcecada,
esa furia de heladas amatistas.
Porque en las espesuras insondables
los hombres engendraron,
con sus hachas,
el desnudo poder de la codicia.
Y vestimos sayales de presagios
pero ninguno defendió los sueños
cuando exhibió sus zarpas erizadas
el espantajo cruel de la fatiga.
Entonces,
las colmenas de la madre,
custodias de humedades repetidas,
negaron su edredón de hierbas suaves,
su esencia de raíces,
sus secretos,
su calostro de cielo y golondrina…
hasta encrespar las mieles de su sangre
en torrentes de eclipses homicidas.
1 comentario:
Excelente poeta, ejemplo indiscutible de la palabra trascendida.
Norma: mis felicitaciones.
Susana Cattaneo.
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